domingo, 12 de diciembre de 2010

Carta Abierta a Cristina Kirchner

Damián Galarza

Carta Abierta a Cristina Kirchner
Voy a aclarar antes que nada que soy kirchnerista, porque es menester de quien va a escribir algo así que se sepa donde esta parado. Ahora continuo.

Es de conocimiento público lo sucedido en Formosa (para aquel que no lo sepa puede encontrar información en mis post). En este momento se viven momentos de desesperación tanto en Formosa como en ...Capital Federal (no voy a hablar de Soldati). En Formosa la comunidad Q'om (mal llamados tobas por los criollos) son hostigados por el gobierno, todos los días ocurré un hecho de violencia contra esa comunidad. Mientras, en Capital, el lider Félix Díaz se encuentra acampando en 9 de Julio y Av. de Mayo pidiendo desesperadamente ser recibido por la presidenta para que esta intervenga en la situación a la que esta comunidad es sometida y en el reclamos justo de sus tierras que fueron expropiadas y entregadas a amigos del gobernador de Formosa Gildo Insfrán (aliado kirchnerista). El cacique amenazó con encadenarse y hacer una huelga de hambre; un periodista amigo le dijo que eso no iba a servir de nada, él iba a morir y a Cristina, ni a nadie se le iba a mover un pelo y que Félix es útil vivo.

La presidenta se niega a recibir a Félix, así como se niega a hablar del tema. Los programas oficiales como 678, DDD y TVR no tocan el tema, así como tampoco Bajada de Línea de Victor Hugo (cabe decir que los medios opositores tampoco le dieron demasiada pelota). Radio Nacional habló unos días, pero luego el tema se acalló.

Ahora, ¿por qué Cristina Kirchner no actuó de la misma manera en la represión a los q'om como cuando sucedió lo de Mariano Ferreyra? ¿Por que ese silencio de tumba? Un silencio que da lugar a mil conjeturas y que, además de abandonar más a los q'om, produce un quiebre en las algunas filas del kirchnerismo que puede ser irreversible (hablo del kirchnerismo crítico y no aquel obsecuente que justifica todo)

Se dice que detrás de todo esto está la soja. Se dice que por la gran amistad entre Insfrán y Cristina, está no quiere tocar el tema. Se dice que Cristina teme por los costos políticos y prefiere avalar las acciones de un genocida porque total la muerte de un par de pueblos originarios no son pianta votos, no importan. Todo eso se dice cuando alguien ante una situación tan atroz calla. Cuando debería haber repudiado el hecho desde el primer día, cuando al ver que la justicia provincial no funciona pasar el caso a la justicia federeal, cuando tendría que haber evaluado desde un principio la intervención federal a esa provincia (ya es mucho pedir, ¿no?)

¿Acaso no dijo Cristina cuando derogó el 82% móvil que no temía a los costos políticos y que sólo le importaba el bien del país? ¿Acaso no dijo que este gobierno, como todo gobierno peronista, iba a estar siempre del lado de los más débiles? ¿Y los derechos humanos? ¿Dónde quedaron los derechos humanos? ¿O no se aplican a los pueblos originarios, ni a las minorias, ni a los pobres, ni a los presos?

Son preguntas que surjen del accionar de nuestra presidenta (o del no accionar). De un rumbo que el gobierno tomó y que algunos intentamos torcer y por eso esta carta abierta. Hecha desde un oficialista. Porque cuando uno es oficialista no sirve de nada ser obsecuente. El oficialista más útil es el más crítico de los oficialistas, el más opositor de los oficialistas. El que cuando ve algo que no le gusta lo dice, y junta gente, y se moviliza e intenta torcer el rumbo, pero desde la construcción.

Y yo no quiero que este gobierno sea presa de la oposición destructiva, no quiero un gobierno de Macri, o de Cobos, o de algún otro conservador de derecha. Quiero un gobierno que reciba a Félix Díaz. Quiero un gobierno que cumpla con lo que promete. Quiero un gobierno que no use en vano las palabras Derechos Humanos, justicia, inclusión, redistribución de la riqueza. Quiero un gobierno que no deje de lado a nadie. Que no abandone a los desprotejidos. Quiero el gobierno que me hizo ilusionar con la ley de medios, con la ley de matrimonio igualitario, con la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final, con el "no queremos más al FMI ni siquiera para cosas técnicas". Ese gobierno quiero. Ese gobierno que hizo creernos a muchos que la política era un medio para el cambio. Y se que lo es, pero tal vez, al final, tendremos que esperar otras generaciones de políticos, y volver a descreer de la que tenemos y mientras que el pueblo deje de esperar cosas de sus gobernantes y escoja por su cuenta el destino de su patria.

Saludos.

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